lunes, 8 de febrero de 2016

Todo Confabula

Chiclayork, domingo 17 por la noche, me llama mi mánager norteña:
- “Ya Kikín, tienes una charla el martes a las 10am en la USAT, Facultad de Arquitectura.
- ¿Ah? ¿Este martes? Chanfle… me iba de tour… 
- Ya después te vas de tour, está confirmado, habla… deja que fluya, tú confía… (http://kikin-rispa.blogspot.pe/2016/02/que-fluya-tu-confia.html)
- Jajaja, ok voy a cambiar el tour, somos el martes.”

Tampoco fue que se le ocurrió por iluminación divina, ya lo habíamos conversado a ver si por ahí salía alguna charla, donde sea, como sea… jaja.  Si bien estaba de vacas, mi propósito no descansa… yo menos… y sería una bonita oportunidad de expandir mis charlas a provincia.

Martes fui puntualito a la universidad. Ubiqué a la profesora que gentilmente había organizado la charla y nos presentamos formalmente. Me agradeció la asistencia con tan corto aviso y yo le agradecí la invitación pues es para lo que estoy en este mundo. 

Conversamos buen rato mientras instalaban todo. A través de mi mánager le llegó mi libro, le causó una muy buena impresión mi historia y no dudó dos veces en ver la forma de compartirla con sus alumnos. “Son una generación un poco ‘golpeada’ por los vaivenes de la vida y sin duda una experiencia muy compleja como la tuya los hará reaccionar”, me dijo. Yo asentí, esperando lo mismo. 

Llegada la hora, empezó la presentación de la profesora, libro en mano, haciendo cita de algunas partes que ella encontraba interesantes y motivadoras. 

Luego le dio pase a mi manager, quien a su vez contó brevemente como nos conocimos (obviando la parte del alcohol, of course jajaja) y del por qué; llegando a la conclusión que Dios pone en tu vida a personas para que hagan una gran diferencia, para que te “toquen” (en el buen sentido jaja), para que aprendas de ellas; y me alegró saber que yo soy una de estas personas para ella. No cabe duda que el cariño es inmenso y mutuo. 

Entonces comencé… ya con la presentación de ambas me quitaron un poco de material jajaja, pero seguí mi esquema de trabajo y empecé a contar la historia que ya muchos conocen a grandes rasgos, pero no a detalle como lo cuento en las charlas. 

No voy a negar que fue un público un poco difícil, normalmente siento más “conexión” con la gente pero esta vez no la sentí tan fuerte. Mantengo el buen humor durante la charla y por lo menos se reían, lo cual implica que sí había atención. Siempre siempre mantengo contacto visual y sí veía gente enganchada, pero no todos. Veía caras un poco cansadas y distraídas, lo cual es normal en un grupo joven y en un salón tan grande. 

Algunas fugas de talentos me indicaron que había pasado la hora pactada y apresuré un poco el final para no acabar con medio auditorio. Terminé entre aplausos y sin preguntas. Lo que me dejó tranquilo fue que al final se me acercó una alumna a agradecerme por la charla, que le había sido útil y que quería conseguir mi libro. Basta con que a una persona le llegue el mensaje para saber que fue útil. Luego vino el agradecimiento de los docentes y amigos que asistieron, para quienes fue significativo.

Salimos y fuimos a comer (¿obvio no? Jajaja). Ahí reflexionando sobre la charla y la falta de “click” me comentaron que los alumnos estaban de amanecida y con clases desde las 8am, y que por eso no jalaban, pero que la charla estuvo bien. Ahí si acepto que el ego se mezcla con mis emociones pues estoy acostumbrado al “buenísimo” cuando menos, pero estando aclarado el desgaste de los alumnos, me quedé un poco más tranquilo. 

Como les dije a los alumnos empezando la charla, yo estaba ahí porque estaba de vacaciones, paseando y comiendo rico; pero también hay algo innegable, contundente y poderoso que se mueve detrás de todo y que “alinea los astros”, y así todo confabula para que estas cosas ocurran. Ya estoy en la ola de mi propósito y nada ni nadie lo puede cambiar o parar. No hay lugar ni situación ni momento en mi vida más pleno que cuando estoy haciendo una charla; sin duda es mí misión. Por eso las situaciones fluyen para que así sigan y seguirán, sin duda, cada vez con más fuerza… Yo confío… 




¡He dicho!


Shame ahora, shame sha.- Esta primera charla en USAT acabó con la promesa de una invitación formal durante el año, gastos pagados (espero jajaja), para seguir motivando a los alumnos y para que yo siga con mi propósito. Prometo hacer una en Lima para que vean como son las charlas, más profundas inclusive que el libro… Pero si quieren un adela me avisan y coordinamos… 


Kikín Rispa
kikerispa2003@yahoo.es
(08 de Febrero del 2016)

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